Monarca...

Monarca...
Tomando un descanso

septiembre 22, 2009

Renaciendo...

Todos mueren... morimos...
Es que es epoca de renacer...
Oh!!! que nos deparan hermanos??
Que sea lo mejor segùn nuestro aprendizaje...
Que seamos benditos y no malditos...

Malditos aquellos que nos hacen gemir de dolor,
que nos muestran nuestra suerte,
que nos chupan la sangre,
que se aferran para quitarnos vida
y luego irse sin siquiera decir gracias...
Malditos lo que se hicieron benditos con nuestra sangre,
con nuestro aroma, con nuestra luz.

Y si de morir hablo, me viene a la cabeza
el poema del muy querido Jaime Sabines, 
aquí se los dejo y se deleitan un poco...

No es que muera de amor, muero de ti

Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto , interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
Inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.






No hay comentarios:

Publicar un comentario