Monarca...

Monarca...
Tomando un descanso

abril 11, 2011

DE LO COTIDIANO



Escribiendo sin escribir descubrí que las palabras fluyen cuando uno se calla. Cuando cierras los sentidos y abres la mente, el corazón, que no son sentidos. Tantos hablan, tantos hacen… me saturan la cabeza, el cerebro, la piel… Odio que me toquen, que me rocen con sus pieles llenas de sudor, de sí mismos… 
Tanto ruido, tanta luz, tanto humo… Ya estoy agotada…
Esta guerra que llaman vida me tiene cansada. Quisiera que todo fuera distinto, que todos viviéramos en armonía, que el que amas te amara y así fuera solamente.  Busco respuestas y no hallo sino más preguntas. Me he cansado de responder, me he cansado de preguntar, me he cansado de caminar.
A veces cuando por la calle voy andando, observando a los peatones, a los conductores fúricos tocando la bocina de su auto desmedidamente, egoístamente, viendo hombres y mujeres que van apresuradamente sin notar que uno pasa por su lado… unos van como idos, otros como enfurecidos, con los ceños fruncidos y otros pocos como muertos, como zombis, deambulando… Estoy cansada.
Soñar es despertar.
Cuando llego a casa, cierro la puerta tras de mí y encuentro ése silencio tan… limpio, tan puro… silencio. No hay otro ruido que el de mis propios pasos. Es tan, relajante, como andar en el limbo. Sola como un alma en pena yendo de aquí para allá sin hacer ruido. Y observo cada detalle del ambiente (lo tengo ya memorizado pero me gusta observarlo una y otra vez cuando vuelvo). Me reconforta. Es un refugio. Me quito la ropa, me doy un baño, no me seco, me pongo encima una camiseta y unos pantis cómodos… sirvo una copa de vino, la bebo… pongo el vaso en el fregadero y me dirijo a la cama… me recuesto, apago las luces… brillan las estrellas. Ahora sólo queda silenciar las voces en mi cabeza, con ayuda del vino y un mágico pedazo de hongo se irán pronto… cierro los ojos... No importa lo que escuche no los abriré. Tengo miedo... Es hora de soñar. Soñar es Despertar.