Esta vez ya no quiso repetir las palabras que resonaban en su cabeza incesablemente... Se metió bajo las sabanas, se tapó las orejas con las manos, esperando a que desaparecieran las sombras que revoloteaban su cabeza al rededor de la habitación.
Así estuvo hasta que la policía entró a levantar los cuerpos esparcidos por toda la casa.
DEMENTE fue el encabezado de los diarios la mañana siguiente.